
adiós a la calle del canal, también de al lado de casa, en la que los jubilados adinerados viven en sus barcos mientras sostienen sus copas de cognac sentados en la cubierta


adiós al camino desde casa, a clase de ilustración y diseño de moda, nunca hubieramos
imaginado que el camino hasta allí fuera así, de esta manera las pocas veces que teniamos que madrugar para ir temprano a clase daba menos pereza


adiós a la plaza de San Bavón, con su Cordero Místico, su chocolatería y su olor a cacas de caballo

adiós a la pizzeria, y en compañía mejor que sin ella, el único sitio de Gante que nos daban de cenar a las 10 de la noche


adiós al vegetariano, a su join the club sandwich, su brownie vegano y sus quiches a precios populares


adiós a los mejores gofres del mundo, con chocolate caliente y helado

adiós a la cerveza belga que ha pasado por nuestra casa, especialmente a la cerveza trapesa, chimay, orval y westmalle, uf, va a ser dificil volver a la cerveza española, al menos tendremos ambar export...¿cruzcampo? ni en sueños...




y adiós a las vistas desde nuestra ventana, la que tenemos justo aquí, desde donde escribimos este blog, lo que más hemos visto de Gante, claro. Adiós a su casa de los fantasmas, a los que tienen un cenador de cristal en su jardín, al jardín salvaje y abandonado de enfrente, al estudio de arquitectura ( o eso creemos) y al minúsculo trozo que se ve del canal



...y ahora...¿que hacemos con este blog?